Un road trip por Marruecos sur

Cuándo ir

Vacunas

Marruecos es un país de riesgo bajo, es decir, que la probabilidad de que te contagies de alguna enfermedad, especialmente de alguna peligrosa, es muy pequeña. Por tanto, no hay obligación de ponerse ninguna vacuna específica. Sí tendrías que tener las reglamentarias que nos ponen a todos. ¡Acuérdate de la antitetánica que se pone un recordatorio cada 10 años!

Visado

Para viajar a nuestro vecino del sur, los españoles no necesitamos visado. Sin embargo, solo podemos estar 90 días seguidos cada 6 meses. Más que suficiente para hacer esta ruta que te propongo. Lo que sí necesitas es tu pasaporte con mínimo 6 meses de vigor. Consulta más información aquí.

Moneda

Los marroquíes utilizan el dirham marroquí ¡y mucho! Olvídate de usar la tarjeta de crédito en los zocos, algunos restaurantes o cafés (por muy popular, nuevo o chic que parezca), taxis, etc. Los datáfonos aún no se estilan mucho, aunque sí podrás encontrarlos en muchos Riads (mansiones típicas con 5 ó 6 habitaciones máximo y un patio central).

Sacar dinero tampoco resultó fácil así que te recomiendo que lleves dinero en metálico. Nosotros fuimos con 180€ cada uno.

Top 5 & Bottom 5

Lo mejor:

• Los riads: me parecieron lugares tranquilos, como mini templos con su patio, sus fuentes o piscina de agua templada sonando de fondo, plantitas y luces suaves. Recomiendo mucho dormir en este tipo de alojamiento al menos una vez. El que más me gustó fue el Riad & Spa Anahita, a una calle andando de la plaza Jamaa el Fna en Marrakech.

• La Pastela o Pastilla: es una especie de hojaldre relleno de carne, con azúcar glass y canela espolvoreados por encima. Tarde mucho en descubrirla y me quedé con ganas de más, ¡que no te pase lo mismo!

• Las kasbah: estas fortalezas de origen bereber, hechas de adobe, son increíbles. La de Ait Ben Haddou, es especialmente grande, está muy bien conservada y puedes perderte subiendo y bajando por sus calles laberínticas. Aunque es un sitio turístico, creo que guarda su esencia y además, tuvimos la suerte de estar casi solos.

• Los bares, tiendas y restaurantes escondidos:
  como el Mega Loft Restaurental que accedimos a través de un pasillo lleno de teselas, que pensábamos que daba a una tienda. Subimos unas estrechas escaleras de caracol y llegamos a este restaurante tan chulo en Essaouira, donde perdí a mi chico por no parar de hacer fotos. (Puedes ver más imágenes en la pestaña Galería).

• Las diferencias culturales: la vestimenta, especialmente las chilabas de las mujeres; la arquitectura bereber, la comida, el rezo a todo volumen, los tatuajes de gena…

Lo peor:

• El calor: sufrimos temperaturas de hasta 43º mientras nos servían un tajín a casi 50º. Llega un momento que ni sientes ni padeces, mucha agua y listo.
• Los list@s de Marrakech: un chaval detrás de mí intentó robarme el móvil en el zoco, otros dos chicos nos intentaron cobrar un dineral por sacarnos del centro y llevarnos a un parking, una señora nos ayudó a encontrar el riad solo a cambio de la voluntad (os prometo que andamos 10 minutos) y otra mujer tatuadora de gena, a la que el día anterior le pregunté el precio por hacerme dos grandes y me dijo que la voluntad, aunque insistí en un precio fijo, se puso como una loca, cuando la pagué un precio justo pudiendo además, haber ido a otro lado. Y digo precio justo porque le pagué la media de los precios que me habían dado en la playa, donde son más caros, por cada uno de ellos.
• Agadir: cuando llegamos al anochecer fue una decepción total. Nos pareció una ciudad saturada en todos los sentidos y con un “estilo Ibiza Party” mezclado con Marbella. Los precios se elevan, no se puede aparcar, entrar y salir de la ciudad puede ser más de media hora… Eso sí, por la mañana nos acercamos al zoco El Had, que estaba cerca del alojamiento y ahí sí lo pasamos bien. Me gustó más que el de Marrakesh por su distribución ordenada por gremios y porque es más espacioso.

• El viento del desierto: tuvimos la mala suerte de llegar con mucho viento. La arena no nos dejó ver bien en el paseo en dromedario, llenó la base de la piscina del riad y nos hizo de topping en la sandía de la comida.
• Tardanza al servir: te tengo que decir una cosa: el ritmo caribeño no está en el Caribe, al menos no en Cuba, está en Marruecos. Aunque no nos pasó en todos los sitios, en muchos estuvimos más de 2 horas para comer un tajín y tomar un café. Si estás esperando al café con leche y tardan mucho, es que han ido a comprar leche a otro establecimiento. Esto es un detalle, pero si no hay, no hay.

Últimas recomendaciones

Ten cuidado al volante, hay muchos peatones, carros y radares por el camino. En Marruecos sur también hay más policía que en el norte, sobre todo en la costa y en las entradas de los pueblos y ciudades, pero son muy majos. Tú vigila que vas a la velocidad indicada en la señales.