Qué ver en Lanzarote
Si quieres ir a Lanzarote y no sabes por dónde empezar, estás en el sitio adecuado. Estuvimos viviendo allí 2 meses y tras recorrer la isla de norte a sur y de este a oeste, podemos aconsejarte sobre lo que no debes perderte de la “isla de los volcanes”.
Lanzarote es nuestra isla canaria favorita hasta la fecha. Si hubiera que ponerle una pega sería que hace mucho aire. Todo lo demás son solo pros. Es la isla de las montañas del fuego que duermen en el Parque Natural de Timanfaya y la musa de los arquitectos César Manrique y Jesús Soto. Es tierra de vino, gofio y batatas, de sal y millo, de playa y surf.
Hemos dividido los atractivos lanzaroteños en tres: obra de César Manrique y Jesús Soto (de la que hablamos en este post y quizá la más representativa), pueblos de Lanzarote y las 10 cosas atipic que hacer en la isla.
Antes de nada, un pequeño consejo, compra online las entradas combinadas a los principales centros de interés. Las puedes canjear durante los 15 días siguientes. Si prefieres comprarlas individualmente, podrás hacerlo en la taquilla de la entrada. Necesitarás ticket para: el Parque Natural de Timanfaya, los Jameos del Agua, el Mirador del Río, la Cueva de los Verdes, el Jardín de cactus y el Castillo de San José.
Obra de César Manrique y Jesús Soto
César Manrique era un arquitecto, pintor y escultor desconocido para nosotros hasta que visitamos Lanzarote, al igual que el arquitecto Jesús Soto. Al poco de pisar la isla, te das cuenta de la influencia e importancia de ambos artistas. Su obra, repartida por toda la isla y más allá, constituye el grueso turístico de Lanzarote. La unión entre naturaleza y arte, líneas suaves y colores blancos, son sus señas de identidad.
La Vaguada en Madrid, el Mirador de La Peña en El Hierro, varias esculturas móviles en Lanzarote y Tenerife, y el Mirador de El Palmarejo en La Gomera, son otros ejemplos de su arte.
Parque Nacional Timanfaya
Seis años de erupciones volcánicas que empezaron en 1730 y una tremenda actividad en 1824, dieron lugar a lo que hoy es el espacio protegido de Timanfaya. Un lugar extraño con miles de colores, donde ver de cerca y aprender más sobre los volcanes.
La entrada a Timanfaya incluye el aparcamiento, una ruta guiada de unos 30 minutos en bus y una demostración geotérmica. Se accede por las Montañas del Fuego donde a 10 metros de profundidad, la temperatura es de casi 300º. Un calor al que César Manrique sacó provecho en el diseño del horno que utiliza el restaurante El Diablo, ubicado allí, para cocinar deliciosa carne que podrás degustar mientras observas los volcanes desde el gran mirador. A Jesús Soto le debemos la planificación sostenible de la Ruta de los Volcanes.
Muy cerquita está el echadero de camellos. Por 12€ (a parte de la entrada al Parque) el camello para dos personas, podrás dar un paseo de unos 20 minutos por los volcanes. No nos gustan mucho las atracciones con animales así que nosotros no lo hicimos.
Jameos del Agua
Cuando se forma un río de lava subterráneo, se enfría (con el tiempo) y finalmente, se derrumba formando una especie de tubo hueco, a ese tubo se le conoce como jameo. El responsable de la creación de los Jameos del Agua (y también de la Cueva de los Verdes) fue el Volcán de la Corona. Y fueron César Manrique y Jesús Soto los artífices de convertirlo en un Centro de Arte de una belleza única.
Deben su nombre a una impresionante laguna que hay en el segundo de los tres jameos que la conforman. Verás que no hay ninguna moneda en su interior. Esto no se debe a que los lanzaroteños tengan algún problema con los deseos, si no a que aquí viven los cangrejos ciegos, una especie endémica a la que no le gusta nada el óxido, ni el ruido. Como son blancos y muy pequeños, la laguna parece un cielo estrellado.
Pero en los Jameos del Agua hay mucho más, solo la entrada te engatusa, luego la bajada al primer jameo impresiona, pero según avanzas flipas (al menos nosotros flipamos mucho): la cafetería, el bar cubierto, el auditorio bajo la lava, el jardín lleno de plantas y flores, la piscina azul, la salida, todo está diseñado con sumo cuidado y gusto. Para nosotros es el lugar más bonito de la isla.
Cueva de los Verdes
Mientras los Jameos del Agua se ubican en el tramo más cercano a la costa de un tubo de 7 km que va desde el cráter del volcán de la Corona hasta adentrarse 1500 metros en el mar, la Cueva de los Verdes se encuentra en el interior.
En este caso, el nombre se lo debe, no a su color verde como pensamos, si no al apellido de los dueños de las tierras donde está. La familia de los Verdes cedía la entrada a sus vecinos a la cueva para refugiarse cuando atacaban la isla. Hoy se celebran conciertos y podemos recorrer un buen trecho gracias a César Manrique y la iluminación revolucionaria de Jesús Soto.
Mirador del Río
A 400 metros de altura, integrado en el Risco de Famara, casi imperceptible, se encuentra el Mirador del Río. Una obra gigante y emblemática de Manrique (aquí otros artistas tienen menos implicación) que por desgracia, a nosotros nos dejó un poco indiferentes.
Realmente, es la entrada a una cafetería-bocatería con una cristalera inmensa que permite ver La Graciosa. Puedes subir a la tienda, que arquitectónicamente hablando, es preciosa, y salir al exterior por una puerta lateral para ver más o menos lo mismo que desde la cristalera.
No está mal y las vistas son bonitas, tampoco decimos que no vayas, pero quizá no sea para tanto. Además, la entrada son 5€, lo que nos pareció excesivo por asomar la cabeza.
Quizá es el momento de comentar que en muchas ocasiones, guiados por blogs de viajes donde todo parece de cuento, todo son maravillas, las fotos son increíbles y nada falla, nos hemos llevado una decepción. Por ello, en Nóminas Viajeras intentamos ser sinceros y realistas. Eso sí, siempre desde un punto totalmente subjetivo. Puede que para tí sean lo mejor del viaje, nosotros solo te damos nuestra opinión sincera.
Jardín de Cactus
Tal vez sea porque nos encantan las plantas en general y los cactus en particular, disfrutamos como enanos de nuestra visita a este jardín con más de 4500 cactus de todos los continentes.
Levantado sobre una antigua cantera, ambos arquitectos crearon su obra más original y la que se convertiría en la última gran aportación de Manrique a Lanzarote.
El Jardín de Cactus también alberga un restaurante con una receta muy especial que te recomendamos probar, croquetas de cactus.
Casa-Museo del Campesino
Si el Jardín de Cactus es la obra más original de Manrique y Soto, la Casa-Museo del Campesino en San Bartolomé es la más castiza. Es un homenaje a todos los campesinos y campesinas que consiguieron crear vida en unas tierras tan poco propensas como las de Lanzarote.
Podrás ver cómo vivían, las herramientas que idearon y los sistemas de cultivo como el del vino que no solo se sigue usando hoy día, si no que ha dado lugar a vinos con Denominación de Origen como el Malvasía Seco de la Bodega El Grifo, la más antigua de la isla.
No te pierdas el patio con las diferentes tiendas artesanales y su secreto más escondido bajando las escaleras. También puedes probar el Gofio en su cafetería y asistir a algún taller artesanal. Nosotros nos apuntamos a uno de cocina canaria y nos salió un mojo buenísimo. En otro, nos enseñaron un oficio muy antiguo y muy arraigado en Tenerife y Lanzarote, tejer rosetas.
Museo LagOmar, Casa-Museo César Manrique y Fundación César Manrique
Debido al Covid, no pudimos visitar ninguno de estos lugares ya que estaban cerrados hasta nuevo aviso. La casa-Museo César Manrique es un caserón antiguo que tras reformarla, el arquitecto la convirtió en su vivienda habitual. Aunque con fama de ser menos llamativa, yo quería ver también la Fundación, su casa anterior.
El Museo LagOmar es una propiedad privada ideada por César Manrique y diseñada por Jesús Soto con una leyenda curiosa. El actor Omar Sharif (Lawrence de Arabia, El Guerrero nº13), se enamoró y la compró para luego perderla en una apuesta contra un promotor británico. Finalmente, se volvió a comprar, y tras varias reformas, se abrió al público.
Los Villareales
Lo vimos desde el coche a nuestro paso por Tías. Ya éramos capaces de diferenciar la obra de los arquitectos predilectos de Lanzarote. Sin embargo, nos llevamos una sorpresa, el complejo de viviendas era creación de Antonio Padrón Barrera. Más tarde, investigando, supimos que fue discípulo de César Manrique.
Es un conjunto de viviendas, parte particulares y parte para alquiler vacacional. Aunque no se puede entrar, solo la puerta, las chimeneas y las fachadas son auténticas y dignas de ver.
Pueblo Marinero
En Costa Teguise, una de las zonas más turísticas de Lanzarote, César Manrique también dejó huella colaborando en la creación del Pueblo Marinero, ubicado junto a la Playa de las Cucharas, una de las mejores de la isla y de las más equipadas.
Un conjunto de patios interiores, viviendas con sus paredes blancas donde resaltan ventanas y balcones de madera verde y una zona comercial, conforman este complejo. Su atractivo principal es la restauración, así que disfruta de un día de playa de arena fina y aprovecha para comer o tomar un zumo natural en alguna de sus terrazas. Los restaurantes Habana 6 y Peskera que os recomendamos en el post Los mejores restaurantes de Lanzarote, están en esta zona.
Otros lugares de interés
La laguna Verde o Charco de los Clicos
Esta laguna y el pueblito pesquero en el que se ubica, al igual que el Mirador del Río, tienen mucha fama pero nos decepcionaron.
La Laguna verde (color debido a las algas) o Charco de los Clicos (por unos microorganismos que vivían allí) tiene mucho valor geológico. Un lago en un cráter junto al mar no es algo habitual. Sin embargo, a la vista, no resulta ni tan verde ni tan impresionante. Ni siquiera desde lo alto.
Por su parte, El Golfo, pueblo de pescadores, tiene alguna casita mona con sus contraventanas azul marino y una calle llena de restaurantes donde comer pescado frente al mar. Sin más.
Los Hervideros
Salvaje. Así es el mar en los acantilados volcánicos de Los Hervideros. Las olas chocan sin miedo llenando las cuevas y salpicando al que pasa. Desde el mirador donde puedes aparcar, verás todo el espectáculo. Para sentirlo, recorre el camino de lava habilitado por el interior y parte superior del acantilado. Es un recorrido muy cortito pero nos lo pasamos muy bien escuchando las olas tan cerca, mojándonos y viendo el baile del mar.
Salinas del Janubio
Probablemente, la visita guiada a estas salinas sea toda una experiencia, no es muy cara (12€) e incluye una cata. Pero quizá lo más llamativo si no has visto nunca unas salinas (en foto no vale), es que parecen un campo de siembra pero blanco y junto al mar. En el caso de las Salinas de Janubio, lo mejor, la puesta de sol.
Los Charcones
Los charcones son unas piscinas naturales de agua salada cercanas a Playa Blanca.
La lava y el agua han formado cuencas de más o menos profundidad donde puedes bañarte. Es una zona un tanto escarpada por lo que no todas las piscinas tienen un acceso fácil. También, hay que tener cuidado con el viento y con las corrientes del fondo.
Nosotros no pudimos bañarnos por el tiempo aún muy primaveral, pero es una alternativa genial y aún algo desconocida a las playas.
Todos estos atractivos de Lanzarote son probablemente los principales pero te recomendamos que dejes tiempo para ver algunas ciudades y pueblos y te animamos a realizar alguna de las actividades atipic de la isla. Si quieres toda la información para organizar el viaje, visita nuestro Tour de Lanzarote o si eres como nosotros y ya estás pensando en comer, echa un ojo a nuestra selección de los mejores restaurantes para comer en Lanzarote.
Esperamos que te haya gustado y que si tienes cualquier duda o sugerencia nos dejes un comentario. ¡Estaremos encantados de ayudarte!
