Cómo organizar una ruta
El momento en el que miras el mapa y parece que lo bonito, lo interesante, lo que te han recomendado los amigos y lo que dicen 3 guías distintas, está desperdigado por la geografía del país que quieres visitar y no hay forma humana de ponerle orden, ese momento, es inevitable. Por eso, te quiero proponer sistemas para organizar un viaje que a mi me funcionan.
Lo único que hay que tener en cuenta es que no todos los viajes se organizan igual, ni permiten las mismas cosas. Cuando empieces a vislumbrar tu ruta, también empezarás a ver qué sistema de organización se ajusta más a ella para sacarle todo el partido.
Mi sistema de epicentros
Un epicentro es por definición “un lugar real o figurado desde el que parte una cosa o en el que se origina algo que tiende a propagarse”. Por tanto, lo que hago es ver desde qué lugares voy a propagar mi viaje. Por ejemplo, cuando hago escapadas, generalmente mi epicentro es Madrid porque vivo ahí.
Para empezar, selecciono el lugar o lugares desde los cuáles ir al mayor número de sitios de mi lista, que sea asequible en tiempo teniendo en cuenta el transporte del que dispongo. Yo suelo marcar un radio de dos o tres horas. No hay que olvidar que iremos y volveremos en el mismo día. Estos lugares los marco como epicentros. Depende de los días que vaya a estar o del tamaño de la región a visitar, pero defino entre 1 y 4 epicentros por país. Normalmente serán ciudades más grandes y con más opciones de transporte.
Por ejemplo, cuando visité la Bretaña francesa, establecí dos epicentros para recorrer toda la zona: Vannes y Rennes.
En este caso fui en coche 8 días en Navidad. Desde Vannes tenía fácil acceso a otros pueblos que quería visitar: Landévennec, Concarneau, Rochefort-en-Terre… El recorrido más largo era de 2 horas. Y lo mismo en Rennes. Saint-Malo, Monte Saint-Michel, Dinan y otros muchos estaban a mi alcance.
En esta ilustración, podéis ver los diferentes recorridos que hice. Obviamente, al desplazarme de un epicentro a otro también aproveché para visitar pueblitos intermedios. Los lugares “obligatorios”, los más pintorescos y otros que consideré interesantes están ahí. Y creedme cuando os digo que no corrí de un lado para otro.
Este sistema es muy útil para organizar viajes a lugares pequeños, para ver sitios que rodean un punto o para aquellos a los que no les guste mucho ir con la maleta o la mochila de aquí para allá.
Norte – Sur / Este – Oeste
Como su mismo nombre indica, es organizar un viaje yendo de este a oeste o de norte a sur, o viceversa. Ciertos lugares requieren este tipo de organización simplemente por su geografía, otros tienen sus puntos de interés ordenados así.
Cuba es un país que recomiendo ver de sureste a noroeste. Aunque llegué a La Habana, como el vuelo de vuelta también era desde allí, decidí ir directa a Santiago de Cuba para después subir despacio.
Alquilamos un coche y estuvimos 15 días. Empezamos visitando Santiago de Cuba y subimos por la costa sur hasta La Habana, sin olvidar Viñales. Este viaje fue prácticamente lineal e hicimos noche en prácticamente todas las paradas.
Combinada
Austria es un ejemplo que combina los dos sistemas comentados. En este caso la ruta la hice de este a oeste, empezando en Viena y acabando en Innsbruck. Por el camino, establecí paradas por varios pueblos de la ruta romántica que pasa cerca de Salzburgo (otro epicentro), y en Wattens (antes de llegar a Innsbruck) para ver la fábrica de Swarovsky.
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